Los peligros de Chala

Es un filme, creo, que deberían ver todos los maestros de Cuba pero ¿los infantes también? Quizás los de una edad similar a los que aparecen en la pantalla, sí, aunque enfrentarlos a un material de ese tipo sin la debida mediación y debate podría crear un efecto contraproducente.
El propio Armando, confesó a la prensa que le costó trabajo desprenderse de la piel del personaje y su madre aseguró que el joven hubo de pasar un proceso de “desintoxicación” para eliminar de su conducta cotidiana, las expresiones y frases propias de Chala.
Entonces ¿podría ocurrir que quienes tengan la misma edad del ficticio niño visto en Conducta o problemas similares, después de ver la cinta terminen imitándolo o lleguen a pensar que ser mal hablando, fajarse en la escuela y pelear perros tiene su encanto porque a fin de cuentas luego hacen películas sobre eso?.
El entusiasmo mal disfrazado de campaña podría terminar pasándonos la cuenta si partiendo del criterio de que si lo hecho el equipo al mando de Ernesto Daranas es una joya del celuloide entonces empecemos a exhibirla sin orden ni concierto a menores de 12 años bajo la justificación con que si trata sobre infantes ellos debería verla.
No se trata de subestimar la capacidad de niños y niñas de quinto o sexto grado, quienes en esta época son muchos más avispados que generaciones previas. Mas ¡ojo! Ningún mensaje comunicacional, como una película, tiene una sola lectura. Una advertencia de la cual debería tomar nota quienes eventualmente vean la cinta en alguna copia pirata en casa.
Quizás alguien note extremistas o puritanas estas líneas pero ahora mismo mucha gente cree que Brasil es tal y como lo pintan las telenovelas de O Globo, por tanto la exhibición de Conducta a los públicos más jóvenes tendría un efecto más constructivo para todos si se acompañara de la discusión del intercambio con sus mayores. Así, creo, ganarían todos.
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